Las principales propiedades de los rayos catódicos
son las mostradas a continuación:
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Los rayos catódicos salen del cátodo
perpendicularmente a su superficie y en ausencia de campos eléctricos o magnéticos se propagan rectilíneamente.
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Son desviados por un campo eléctrico,
desplazándose hacia la parte positiva del campo.
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Son desviados por campos magnéticos.
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Producen efectos mecánicos; la prueba de ello es
que tienen la capacidad de mover un molinete de hojas de mica que se interpone en su trayectoria.
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Transforman su energía cinética en térmica,
elevando la temperatura de los objetos que se oponen a su paso.
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Impresionan placas fotográficas.
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Excitan la fluorescencia de algunas sustancias,
como pueden ser el vidrio o el sulfuro de cinc.
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Ionizan el aire que atraviesan.